El cepillo y pasta dental son esenciales en la higiene bucodental.
Retomamos nuestra sección de curiosidades y aspectos peculiares del mundo de la odontología que seguro despertarán el interés de más de uno. La odontología tiene un largo recorrido en la historia y, por tanto, numerosas anécdotas e historias curiosas que queremos acercaros en este nuevo episodio.
El primer dentífrico data del antiguo Egipto: Hay que remontarse mucho para fechar el primer dentífrico, ni más ni menos que al antiguo imperio egipcio. Esta civilización se preocupaba por la salud de los dientes y los limpiaba con una mezcla, llamada clister, compuesta de diversas sustancias entre las que se encontraban hojas de menta, uñas de buey, cáscaras de huevo, flores o polvo de sal. La pasta de dientes, como la conocemos hoy en día, no llegaría hasta finales del siglo XIX. Más concretamente en 1896, cuando el doctor Washington Wentworth Sheffield impulsó la comercialización del dentífrico.
El cepillo de dientes fue invento chino: Un emperador chino fue el inventor del cepillo de dientes, hacia el año 1498. Para ello, colocó en un mango de hueso de animal unas cerdas de puerco. Algo bastante más rudimentario a lo que hoy empleamos para limpiar nuestra dentadura y que no se inventaría hasta el siglo XVII.
Las huellas de la lengua son únicas. Si bien es conocido el uso de las dentaduras para la identificación de una persona, debido a que el conjunto dental de cada persona es único, las huellas de la lengua, como las huellas digitales de nuestros dedos, también tienen una impresión propia y exclusiva en cada persona.
¿Cuánto tiempo cepillamos nuestros dientes a lo largo de nuestra vida?Posiblemente nunca hayamos intentado calcular esta cifra y si consideramos que cepillamos entre dos y tres veces los dientes al día podríamos pensar que el tiempo invertido a lo largo de nuestra vida es mucho. Sin embargo, sólo pasamos unos 40 días cepillando los dientes si sumásemos todos los minutos de cada limpieza.
Dientes postizos pero no funcionales. Los dientes postizos han evolucionado mucho a lo largo de la historia desde su aparición. Una prueba de ello la podemos ver remontándonos a la Inglaterra del siglo XIX. En esa época, las personas que tenían dientes postizos comían en sus dormitorios, antes de los eventos y reuniones que empezaban ya delante de la mesa. De ese modo, no corrían el riesgo de que se cayeran los dientes delante del resto de los invitados.
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