La dentadura humana cuenta con cuatro tipos de dientes: incisivos, caninos, premolares y molares. Iniciamos con este post un serial en el que abordaremos, una a una, esas cuatro modalidades de piezas dentales, sus funciones y sus características. Y en este primero, conoceremos cuáles son las de los incisivos.
En circunstancias normales, los dientes conocidos como incisivos son un total de 8, repartidos a partes iguales en la parte inferior y superior de la dentadura. Son los que situamos en la parte central de la misma.
Son los primeros dientes que salen y asoman en nuestra niñez cuando comienzan a erupcionar los dientes de leche, y también es normal que sean los primeros de la dentadura definitiva. Tienen una sola raíz.
Popularmente, los incisivos también son conocidos como paletas o simplemente palas.
¿Cuál es la función de los incisivos? Cada tipo de diente tiene una función asignada; y en el caso de los incisivos es clara: cortar los alimentos que nos llevamos a la boca en trozos más pequeños, con la intención de facilitar su función a otras piezas en aras de una adecuada masticación y posterior asimilación de la comida. Por eso presentan características afiladas y son los dientes más largos de nuestra dentadura.
Aunque no es una función que se les pueda atribuir directamente a los incisivos por nuestra condición de humanos, este tipo de dientes, y por sus características antes referidas afiladas y cortantes, pueden servir como defensa y para propiciar un mordisco a algo o alguien…si fuera necesario.
Pero, precisamente, lo que no debemos hacer con los incisivos es intentar cortar algo que no son alimentos. O, incluso, dentro de éstos, aquellos que sean demasiado duros.
Estéticamente, los incisivos son los dientes que más hacen sufrir a la imagen de la dentadura al encontrarse en la parte más visible. Por eso, es habitual que su pérdida, sobre todo en determinadas edades no ancianas, sea respuesta a través de implantes.
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