Si hace tiempo que no vas al dentista, hazte un breve autoexamen frente a un espejo. Si bien muchos de los síntomas no se vuelven frecuentes hasta las etapas avanzadas, hay varias señales de advertencia notables:
- Encías rojas, hinchadas o sensibles
- Sangrado al cepillarse los dientes, usar hilo dental o comer alimentos duros
encías retraídas - Dientes flojos o separados
mal aliento persistente
Cualquiera de esos síntomas justifica una visita al dentista. Una vez que la enfermedad de las encías se maneja adecuadamente, el mayor riesgo para su corazón debería ser menor e incluso puede volver a la normalidad.
Si ya ha habido consecuencias de la enfermedad de las encías, tenemos que abordar eso por separado. Por ejemplo, si alguien tiene una infección que se ha ido a una válvula cardíaca, tenemos que tratarla por separado. Si hay mucho daño en la válvula cardíaca, podemos considerar reemplazarla o repararla. En todos estos casos, siempre enviamos a nuestros pacientes a ver a un dentista.