¿Qué es el herpes labial? Es una infección provocada por un virus conocido como herpes libre y que, además, puede resultar contagioso para otras personas. Aunque su afección es visible, como su nombre indica, en los labios, también puede afectar a otras partes de la boca e incluso a las encías. Es frecuente que provoque calenturas, que son ampollas que suelen generar molestias y dolor. Esas ampollas son pequeñas, pero se suelen agrupar en racimos en labios, boca, garganta o encías.
El herpes labial no reviste gravedad y es bastante común. Hay que tener en cuenta que puede contagiarse directamente a través de la saliva de una persona a otra. Se cree que cerca del 90% de las personas adultas portan el virus, lo que no quiere decir que padezcan las consecuencias antes descritas.
¿Qué es lo que puede provocar el herpes labial?
Estas son algunas de las causas que pueden llegar a causarnos un herpes labial:
– Las bajas temperaturas propias del invierno
– Algún traumatismo en la boca
– Factores como el cansancio, el estrés o bajas defensas en el organismo
– Las propias hormonas características de cada uno
– Patologías como un catarro o un proceso febril
– La radiación ultravioleta
Síntomas
Otra de las características del herpes labial es que los síntomas no aparecen de inmediato, sino a las dos o tres semanas del contagio. La calentura puede durar tres semanas.
Normalmente, y como antesala de su manifestación visual, se puede experimentar una sensación de ardor o quemazón en los labios, así como cierto hormigueo. También, incluso con anterioridad a estos síntomas, puede haber dolor de garganta, inflamación de los ganglios o fiebre.
Esos síntomas pueden ser de tipología leve o grave, pudiendo aparecer y desaparecer sin que haya un tratamiento de por medio. No obstante, hay medicamentos ad hoc para esta patología que contribuyen a acortar los tiempos de cura. Para una infección leve, existen cremas antibióticas para aplicar sobre la zona afectada.
¿Cómo evitarlo y prevenirlo?
– Descansando y durmiendo las horas necesarias
– Buena hidratación y una dieta adecuada
– Usando de protectores labiales que incluyan protección para los rayos UVA
– Evitando el contacto directo con personas que sufren herpes labial
Por supuesto, siempre es recomendable la consulta con el médico o con el dentista en caso de contagio, quienes indicarán al paciente la forma de actuar o el mejor tratamiento.
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