¿Te imaginas un implante de mala calidad que acaba siendo rechazado de forma virulenta por nuestro cuerpo y que provoca problemas, infecciones y males mayores?
Cuando se trata de nuestra salud, en este caso la salud bucodental, hay que tener muy claro que calidad, seguridad y profesionalidad son los tres parámetros a tener en cuenta a la hora de elegir al dentista de confianza. Y es que a veces, los euros ahorrados en los tratamientos ‘low cost’ pueden multiplicar el gasto y los disgustos, si después hay que remediar el problema generado.
Está claro que no se puede meter en el mismo saco a todos, pero, al menos, y esto es un consejo sano, valora y analiza con atención los servicios ‘low cost’ en una clínica odontológica. No dudes en obtener toda la información que creas conveniente al respecto.
Todos conocemos el poder de la publicidad, lo que no debe de llevarnos al error de elegir de forma inadecuada al profesional que nos realizará un tratamiento en la cavidad bucal por el mero hecho de ahorrar. ¿Por qué? Porque ya sabes que a veces lo barato puede acabar saliendo caro.
Cuanto más se acerca a la oferta, más lejos estará de la calidad, en muchos casos. Y si el tratamiento bucodental no funciona, el coste, al repetirlo o al intentar paliar un nuevo problema surgido, se multiplica.
¿Cómo podemos reconocer una atención bucodental de calidad? El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región (COEM) ofrece algunos consejos clave:
– La colegiación del odontólogo es obligatoria. Quiere ello decir que puede solicitar sin problema ni vergüenza alguna el número de colegiado a un dentista si así lo considera oportuno. Es una forma de comprobar su titulación oficial. Puede consultarlo en el buscador de clínicas de www.coem.org.es
– Diagnóstico previo. Es necesario que su dentista –y sólo él- realice una evaluación y análisis previo a cualquier tratamiento, del cual tiene que ser perfectamente informado el paciente. ¡Nada de comerciales de por medio!
– Material de calidad. Los instrumentos y elementos que se utilizan en una clínica dental, así como los materiales, son de un coste e inversión elevados. Por eso hay que desconfiar de los precios excesivamente baratos, low cost.
– Higiene adecuada. Sobra decirlo, pero sí denota que no se cumple, exíjalo o incluso póngalo en conocimiento de las autoridades sanitarias.
– No existen los tratamientos eternos. No se puede garantizar que un tratamiento vaya a durar toda la vida. Desconfíe de quien así se lo dice. Para evitar males mayores, cumpla con las revisiones periódicas recomendadas.
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