Son, en total, 32 miembros, viven todos juntos en una misma ubicación, uno al lado de otro y alineados, pero pertenecen a cuatro familias diferentes. ¿Adivinas de quién estamos hablando? Sí, de nuestros dientes, y en el post de esta semana vamos a clasificarlos por tipo y función.
Como ya hemos citado, en total, los humanos tenemos (o deberíamos tener) un total de 32 piezas dentales definitivas, más los 20 dientes de leche que nos acompañan durante los primeros años de vida. Éstos se dividen en cuatro grupos según su forma y funcionalidad dentro de nuestra boca. Si tomamos como referencia la parte posterior de la cavidad bucal hacia la anterior, dividimos los dientes en molares, premolares, caninos e incisivos.
Comenzamos pues con los dientes más grandes y anchos de la boca, los que más tarde salen (tanto los de leche como los definitivos) y los que sirven para terminar de preparar los alimentos para ser ingeridos: los molares. Tenemos 12 molares, seis arriba y seis abajo. Su función, como citábamos, es la de realizar el último triturado y la molienda final de la comida antes de ser digerida. Su forma es de cúspide, tienen varias prominencias y pueden tener hasta cuatro raíces. Los molares de leche son reemplazados por los primeros y segundos premolares definitivos (cuatro arriba y cuatro abajo). Los molares definitivos, en realidad, no reemplazan a ningún diente, pues crecen a continuación de los dientes molares de leche. Los primeros molares salen hacia los 6 años de edad (antes de que los molares de leche se caigan) y los segundos aparecen entre los 11 y los 13 años.
Por su parte, los dientes premolares son ocho, cuatro en la parte superior de la boca y cuatro en la parte inferior. Su función es similar a la de los premolares, masticar la comida para que el tamaño y la consistencia de ésta sean aptos para que sea deglutida. Tienen forma puntiaguda, también son llamados bicúspides y aparecen alrededor de los 10 años de edad, los dos primeros, y un par de años después, los dos segundos. No existen premolares de leche, su lugar es ocupado inicialmente por los primeros premolares.
Los colmillos o dientes caninos son cuatro, dos arriba y dos abajo, y se colocan a continuación de los premolares, hacia delante, dos en la parte izquierda y dos en la derecha. Su función es la de desgarrar y cortar los alimentos y son los más fácilmente diferenciables por su forma puntiaguda. Son los segundos en salir y lo hacen, generalmente, entre los 16 y 20 meses de edad, en el caso de los de leche, entre los 11 y los 12 años, en el caso de los definitivos.
Dejamos para último lugar los que, sin embargo, primero aparecen y primero son visibles al abrir la boca, pues se ubican en la parte más delantera y frontal de ésta: los incisivos. Son ocho, cuatro arriba y cuatro abajo, y su función es la de morder los alimentos, cortarlos para poder introducirlos en la boca en trozos o porciones. Tienen una forma afilada en el borde, sólo tienen una raíz y su corona tiene forma de cono. Los primeros incisivos nacen sobre los seis meses de vida, normalmente, y los definitivos lo hacen entre los seis y los ocho años.
Además de estas cuatro familias de dientes, existe un tipo más, aunque se emparenta con los molares. Son las muelas del juicio, también llamadas terceros molares o cordales. No todas las personas cuentan con muelas del juicio, y lo cierto es que a aquellas que sí les salen, suelen terminar por extraérselas, pues suelen causar problemas y molestias. No dudes en acudir a tu dentista de confianza si éste es tu caso o si presentas cualquier otro problema o molestia con alguno de los anteriores dientes, ya sean incisivos, caninos, premolares o molares. En Caredent Leganés Central estaremos encantados de poder ayudarte y de ofrecerte las mejores y más eficaces soluciones a tu dolencia dental. Mientras, puedes seguir todas nuestras noticias y novedades en nuestro blog.