Nuestra alimentación influye directamente en el cuidado de nuestra boca. Cada vez es más popular y frecuente el consumo de refrescos y, más ahora, que se acerca el buen tiempo, las salidas con amigos, el aperitivo en el chiringuito…
¿Qué ocurre si tomamos excesiva cantidad de bebidas carbonatadas?
Los refrescos con gas contienen azúcares y algunos ácidos que atacan el esmalte de los dientes.
Los niños y adolescentes son quienes más los consumen siendo ellos, precisamente, los más propensos a sus efectos nocivos y los que más impactos publicitarios reciben de este mercado.
Para conocer los efectos perjudiciales para la salud es necesario analizar sus componentes:
Agua carbonatada. Diversos estudios demuestran que este componente se asocia con cálculos renales.
Aspartamo– Edulcorante artificial común en los alimentos y bebidas de dieta debido a que no posee gran cantidad de calorías, si bien es altamente nocivo en tanto en cuanto es un compuesto de ácido aspártico y fenilamina. Se asocia a daños cerebrales y tumores cerebrales y eleva la acidez de la orina creando susceptibilidad a las infecciones de tracto urinario.
Contienen ácido fosfórico que debilita huesos y dientes. Este componente aumenta el efecto antioxidante de otras sustancias. En altas concentraciones este irrita la piel y las membranas mucosas. Es dañino también para el calcio de los huesos porque no permite la adecuada absorción en el organismo provocando su debilitamiento y, por tanto, incrementa la posibilidad de tener fracturas y potenciando el incremento de la osteoporosis
Alto contenido de azúcar.
Formaldehido en los potenciadores de sabor, una sustancia cancerígena así como el benzonato de potasio de los conservantes artificiales.
Ácido cítrico que consumido en cantidades favorece la erosión de la dentadura.
Fructosa que produce obesidad, colesterol y triglicéridos altos.
Colorantes artificiales que alteran la función cerebral y potencian hiperactividad.
Cafeína, estimulante (perteneciente al mismo grupo de alcaloides que la cocaína, estricnina, morfina, quinina, nicotina) que provoca cambios de conducta y que son añadidos para provocar adicción en los consumidores. En cantidades elevadas provoca insomnio, debilidad, fatiga, úlceras..
¡¡Recuerda!! Una correcta higiene dental y un consumo moderado de refrescos con gas te ayudarán a proteger el esmalte de los dientes y a cuidar tu salud.