Cuando hablamos de salud y de problemas bucodentales es frecuente que nos olvidemos de un agente y elemento fundamental: la mandíbula, causante en numerosas ocasiones de patologías bucales e incluso de otras enfermedades no relacionadas con la salud bucodental.
¿Cómo está conformada la mandíbula? Es el conjunto de huesos sobre el que se sustentan los dientes, dividida en la parte superior y la inferior. La fase de crecimiento y desarrollo es fundamental, puesto que de ello dependerá nuestra mordida, determinante para acciones como el masticado, tragar, el lenguaje e incluso la respiración.
Problemas en la mandíbula
Pueden ser de índole diferente, como los aquí enumerados:
– Trastorno de la articulación temporomandibular (ATM). Esta alteración es la causante de una disfunción en dicha articulación cuyo origen puede ser genético o por alguna lesión concreta.
– Bruxismo. Es una patología consistente en apretar y rechinar los dientes que se produce habitualmente de forma involuntaria –y frecuentemente durante el sueño nocturno-, generando, a la postre, dolor en las mandíbulas.
– Dislocaciones o luxaciones. Se produce cuando la parte inferior se ha desconectado de las articulaciones conectoras con el cráneo. Es lo que se llama mandíbula desencajada.
– Fractura. Se rompe el hueso de la mandíbula como consecuencia de un fuerte traumatismo.
– Osteonecrosis. En este caso se produce por la reducción del riego sanguíneo en los propios huesos de las articulaciones, lo que va minándolos y deteriorándolos paulatinamente.
Según el problema, los síntomas y efectos se manifiestan de una u otra forma, si bien éstos son los más frecuentes:
– Dolor en la articulación mandibular
– Mala oclusión y alineamiento defectuoso de las piezas dentales
– Dificultades para abrir la boca como fuera deseable, e incluso para comer y hablar
– La mandíbula o parte de la cara se adormecen
¿Cómo debemos actuar ante esta sintomatología? Acudiendo al odontólogo, que será el que determine, en su caso, cuál es el mejor tratamiento para minimizar o resolver el problema. En las revisiones habituales que deben realizarse cada cierto tiempo en la clínica dental suelen detectarse estas patologías, por lo que siempre se recomienda no saltárselas para evitar que profundicen en gravedad y se conviertan en irreversibles.
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