1. Pone a prueba la higiene bucal
Cuando estás estresado, el cuidado personal puede pasar a un segundo plano. En lugar de eso, te deleitas con alimentos y bebidas que te hacen sentir bien y que contienen azúcar y cafeína. El alcohol y el tabaco producen un efecto temporal, además de manchar y dañar los dientes. Además, demasiado estrés provoca fatiga; como resultado, es posible que deje de cepillarse los dientes y usar hilo dental con regularidad. La combinación de una dieta desequilibrada y una mala rutina de higiene bucal favorece la acumulación de placa, caries e incluso la pérdida de dientes a largo plazo. También puede empeorar las condiciones de salud bucal existentes, si las hubiera.
2. Te seca la boca
La disminución de la producción de saliva es otro vínculo entre el estrés y la salud bucal. La saliva mantiene la boca húmeda, elimina las partículas de comida de los dientes, ayuda a combatir las bacterias y remineraliza el esmalte. Sin embargo, su reducción cuando se estresa provoca la acumulación de placa y aumenta la probabilidad de desarrollar, caries y enfermedades de las encías. Además, consumir alcohol y tabaco en exceso a causa del estrés es otra de las causas de la sequedad bucal y sus síntomas.
Si la placa dental no se elimina, esta se convertirá en sarro, lo que dificultará su posterior eliminación.
3. Rechinar los dientes y apretar las mandíbulas
Muchas personas rechinan los dientes o aprietan la mandíbula cuando están ansiosas, angustiadas o enojadas. Ambos hábitos dañan significativamente los dientes, provocando astillas, sensibilidad y dolor. La tensión muscular constante en la mandíbula también puede desencadenar trastornos de la articulación temporomandibular (ATM). Puede provocar dolor y sensibilidad en la mandíbula, dolores de oído, dolores de cabeza y dolor facial. Esta condición también puede dificultar la masticación correcta de los alimentos. Si ha experimentado uno de estos síntomas, programa una cita con tu dentista y hágase examinar.
4. Desencadena aftas bucales
Además de comer sin pensar, la falta de sueño reparador o el insomnio también es una manifestación de estrés. Estos hábitos pueden causar aftas: úlceras bucales en los tejidos blandos de la boca o en la base de las encías. Fumar provocado por el estrés, beber alcohol en exceso, no dormir adecuadamente y comer alimentos muy ácidos causan estas lesiones dolorosas que dificultan hablar, comer y cepillarse los dientes. La falta de un cepillado adecuado mientras sanan las aftas puede agravar los problemas de salud bucal.
5. Disminuye la respuesta inmune
El estrés aumenta el riesgo de desarrollar o empeorar la gingivitis y la periodontitis. Debilita tu sistema inmunológico y dificulta que tu cuerpo combata las infecciones. Además, el estrés libera cortisol, una hormona del estrés que inicia la producción de proteínas en las encías. Provoca inflamación y aumenta las posibilidades de progresión de la enfermedad de las encías.
¿Cómo mantener tu salud bucal cuando estás estresado?
- Sigue estos consejos para solucionar los problemas bucales relacionados con el estrés:
- Mantener una higiene general, que incluirá también la higiene dental.
- Involucre tu mente y cuerpo en actividades constructivas como yoga, ejercicio, llevar un diario, etc.
- Piensa en las consecuencias. Por ejemplo, no cepillarse los dientes puede causar problemas dentales, lo que aumentará tu estrés.
- Ver a un terapeuta.
- Acude a una revisión de salud bucal si ya has descuidado tu salud dental a causa del estrés.
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