Todos hemos oído hablar de ella y tendemos a relacionarla con abuelos o personas de avanzada edad. La dentadura postiza no es otra cosa que una prótesis dental compuesta por una serie de piezas dentales artificiales que se montan sobre una misma estructura con el objetivo de sustituir y ejercer la misma función que los dientes naturales que, por una u otra razón, se han perdido.
El origen de la dentadura, de una forma distinta a la de la actualidad, hay que encontrarlo hace más de dos milenios. La civilización etrusca ya generaba prótesis dentales con lo que podemos considerar puentes áureos, es decir, de oro.En la actualidad, las dentaduras postizas, de quita y pon o removibles, se diseñan a medida de cada persona. Su fabricación, a cargo del profesional protésico, se genera a partir de resinas acrílicas.
Las dentaduras removibles tienen algunas ventajas:
– Resultan más económicas
– Su uso es inmediato tras la extracción o pérdida de un diente. No hace falta esperar a que las heridas cicatricen
La adaptación a la dentadura postiza es lo que suelen costar un poco para quien la utiliza, especialmente durante los primeros momentos. Encías y mejillas deben de acostumbrarse y acomodarse a ella, pudiendo generar llagas por el propio roce.
En aras de una mejor adaptación, lo mejor es comenzar ingiriendo alimentos de tipología blanda y, por supuesto, en cantidades reducidas, evitando aquellos que sean duros y pegajosos.
Una vez pasado un periodo prudente de adaptación, las propias encías se reducen como consecuencia de la reabsorción de los huesos, creando cierta holgura y hasta pudiendo quedar demasiado grande. En este caso, acuda a su dentista habitual para que proceda a su ajuste.
También es posible que se afloje o quede suelta en exceso, circunstancias que se pueden resolver con unos adhesivos específicos que permiten fijarla, aumentando la comodidad y la funcionalidad.
Necesidad de buena higiene dental
Antes de irnos a dormir debemos de quitarnos la dentadura postiza, para la que es fundamental mantener sobre ella una adecuada limpieza. Es habitual colocarla en un vaso de agua con productos especiales que garantizan esa higiene.
Lo mismo ocurre con nuestra boca. Después de cada comida hay que cepillar las encías sobre las que se sustenta la dentadura, evitando así que queden depositados restos de alimentos.
Los avances continuos en el campo de la odontología permiten, cada vez más, que los dientes no se pierdan con la misma facilidad que hace años, por lo que parece una tendencia natural que cada vez haya menos dentaduras postizas completas entre las personas mayores. Sobre todo porque, además, para la pérdida puntual de una o varias piezas existen las opciones del implante o del puente fijo. Pero esa es otra historia que ya os contaremos en otro post…
Fotografía: www.freedigitalphotos.net